En la noche de ayer me invitaron a la “Fiesta de la Luna” en La Ciudad del Saber. Me dijeron que llegara para hacer algo distinto y sentir algo de buena vibra , esa fue la frase para engacharme al evento. Pues como buen panameño le pregunte a un pana que conocía a otro man , que había escuchado de la pasiera de su ex novia , que el evento anterior era como mas o menos una especie de parkin en una cancha de fútbol de la ciudad del saber donde se podían llevar pintas. Mas falso no podía ser esa descripción. Solo miren la foto que le da vida a esta nota.
El evento lo desarrolla Alfredo Hidrovo junto con la gente de La Ciudad del Saber cada mes durante la aparición de la luna llena. El evento es una fiesta debajo de un gigante árbol corotú ... para no perder la costumbre ,“googlie” la palabra y comparto.
“Este árbol es muy común en los alrededores de la ciudad de Panamá y en el Parque Metropolitano, así como en toda el área del Canal hasta Gamboa. La madera es de fina calidad y se utiliza en la fabricación de muebles; los troncos gigantes son utilizados para hacer piraguas.”
El feeling de la fiesta es que debajo de un cielo adornado por una espectacular luna llena , un grupo de personas lleva sus tambores y se juntan a hacer música a punta de percusión. Lo que hace distinto a este show ,es que bajo la coordinación del organizador, el publico interacciona y utiliza lo que tenga para meterle a la bulla y participar de la vaina. La gente participaba colectivamente , algunos mas eufóricos que otros, e interpretaron distintos géneros, desde “capoeria de Brasil de Jorge Mendez”, Samba Adagio de Safri Duo y “ Palo bonito de Chayanne “ (plop !). La verdad no se nada de tambores pero la gente utilizaba desde congas, redoblantes, tanques de pinturas , latas de soda y todo lo que sirviera para hacer bulla y sacar su sueño frustado de ser un Ringo Star o recordar sus tiempos de banda de música de la escuela. Es un trip distinto , sano , habían bastantes familias , parejas, bastantes gringos y extranjeros, rejeros y rejeras . Lleva tu silla, tu colcha, tu petate o ensúciate y siéntate en la hierba. Hasta puedes llevar a tu mascota, incluso un impertinente llevo su Dogo Alemán (un Scooby Doo) que andaba ladrando y molestando en medio de la vaina.
La sensación de una noche de un viernes, con gente en buena onda, escuchando algo de música y al aire libre es algo que no se hace siempre. Sirve para olvidarse de lo estresante de la semana, la bulla del tranque de las 5 , de tu jefe, del vecino que escucha “plena a todo volumen al medio día” , de la política, de los Tsunamis, de la guerra , de los diablos rojos, los impuestos o cualquier cosa que afecte tu paz. La verdad comparto mi experiencia porque siento que en Panamá cada día se presentan distintas cosas para hacer y salir de la rutina. Incluso se puede llevar bebidas refrescantes , obvio que sin abusar. Nada de fomentar un PH o una chupata porque ese no es el chiste de esto.
Yo la disfrute , comparti un rato con mis amigos que no los veo durante la semana, me tome mis par de espumosas en lata de color verde, vi la luna en todo su esplendor y finalmente me senté en las raíces del gran corotú a sentir, escuchar y pensar. El próximo mes dicen que hay otro , de repente deberías pasarte para chillear una noche con La Luna, el corotú y su gente …
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